El vitíligo infantil influye en la autoestima y la identidad; nuevas generaciones lo enfrentan con mayor aceptación y empoderamiento
El diagnóstico de vitíligo durante la infancia o adolescencia puede afectar profundamente la manera en que los menores construyen su autoestima. La aparición de manchas despigmentadas en la piel genera interrogantes personales y sociales, en especial durante las etapas de mayor cambio emocional.
Los primeros años escolares, especialmente entre los 8 y 9 años, es común que los menores enfrenten momentos de inseguridad sobre su apariencia. Estos sentimientos pueden intensificarse al comenzar la adolescencia, etapa en la que el deseo de encajar con los demás se vuelve más notorio.
Sin embargo, la visión cultural en torno al vitíligo está cambiando. Las nuevas generaciones han comenzado a percibir esta condición con menor carga negativa. Muchos adolescentes la interpretan como una característica distintiva que los hace únicos, en lugar de una limitación. Este giro en la percepción representa una evolución significativa en términos de inclusión.